miércoles, 29 de abril de 2009

Primeras líneas de colectivos

Don Dionisio Eguillor se había adelantado al invento argentino, primer colectivo que recorrió las calles porteñas en el año 1932, carrozando un camión Chevrolet 4, modelo 1928, techo de chapa, cerrado por cortinas rebatibles de loneta a los costados, con bancos a lo largo y dos atravesados, con capacidad para 15 y 18 personas. Hacía el recorrido hasta Concordia, prestó servicios hasta el año 1935 transportando delegaciones a los alrededores.
La primera línea de Colectivos que llegó a Feliciano, fue la empresa "Central Entre Ríos" en el año 1936. Partía desde Concordia, pasaba por Chajarí, con arribo a Feliciano a las 12 horas y continuando su recorrido hacia la ciudad de La Paz. Volvía al otro día haciendo el recorrido a la inversa.
En el año 1942 inaugura su recorrido la empresa "La Porteña" con el recorrido Paraná, La Paz, Feliciano y Sauce (Ctes).
En 1949 Héctor Corona comienza con el servicio de pasajeros entre Feliciano y Concordia, pasando por Paso Gallo.
En el año 1973 Don Guillermo Correa inaugura el recorrido de la actual empresa "Feliciano" con viajes diarios ida y vuelta Feliciano - Concordia.

Perucho

Se lo solía ver en la puerta de la escuela Nº1 "Cornelio Saavedra" con una libreta y haciendo que anotaba quienes concurrian a la escuela y quien faltaba a clase, recriminándolo al otro día. Por varias décadas acompañó a los alumnos de los dos turnos.
De barba lampiña, corta estatura, vestía siempre un saco gris,vastante desgastado. Su madre alguna vez contó que quedó con esa forma de ser, porque le había picado una yarará, otros decían que había sido asustado por una vaca arisca.
Luego que falleciera su mamá, recorría las calles del pueblo, almorzando y cenando donde le sirvieran, generosamente, un plato de comida, dormía en cualquier lugar, en alguna tapera, casa abandonada o algun zaguán. Dicen algunos pobladores que "Perucho" prefería quedarse en la escuela Nº 1, que "entra muy tarde en la noche y se retira muy temprano" pero nadie nunca lo vio entrar ni salir.
Una de las costumbres de este personaje era esconderse a la vuelta de una esquina o detrás de algún árbol y salir de improviso con un trozo de goma, para asustar a los transeúnte desprevenidos, si te asustaba, se reía a carcajadas, ese era la gracia de "Perucho".
Vivía en el barrio estación en una casa que le había construido la intendencia, un día descubre que la puerta no cierra bien, se dirigió a la casa del intendente, lo insultó a éste y apedreó su casa, se enojó tanto que nunca más volvió a pisar la "casa del intendente" donde todas las mañanas, la dueña de casa, le servía el desayuno.
"Perucho" tenía alguna dificultad para hablar, entendía perfectamente lo que le decían, pero cuando los jóvenes lo molestaban, se enfurecía y solía ser peligroso.
Un día Feliciano se entera de la triste noticia: a "Perucho" lo encuentraron muerto en su humilde casa.

domingo, 26 de abril de 2009

Calé Madera

Una noche calurosa, serena y tranquila se escucha desde el hospital un disparo de arma de fuego, proveniente de la casa de "Calé", que solía dormir en el patio de su casa por el gran calor que hacía por esos días. Los vecinos se dirigen a ver qué pasó y lo encuentran con un balazo en la cabeza, ya muerto. Nunca se resolvió ese crimen.
Pero conozcamos al famoso Calé: Este personaje lucía fantasioso con dos o tres anillos de oro y plata en cada mano, cuchillo con vaina de plata con incrustaciones de oro y el revólver "38 de cinco luces" a la cintura. Tenía un almacén a media cuadra del hospital, que lo atendía personalmente. En varias oportunidades la policía hizo allanamientos y detuvo a jugadores de naipes, que apostaban plata en efectivo.
Una de las anécdotas es cuando en cierta ocasión en su negocio, que también hacía minutas, almorzaba un viajante, como vio que las moscas molestaban al comensal, sacó el revólver y le descargó los cinco tiros, diciéndole mientras soplaba el caño del arma: "coma tranquilo, que si vuelven, van a tener más".
En las noches de frío recorría el barrio cubierto en una capa, "calsado" con su 38 y tomando mate.
Otra de las tantas anécdotas que quedó grabada en la memoria de los felicianeros, fue el incidente que ocurrió con su hijo, bastante grandecito, que concurría a la Escuela Nº1. Discute con el maestro y le sacude con el borrador por la cabeza, el maestro lo revuelca de un punterazo. Al otro día cuando vuelve el maestro para su casa, tiene que pasar justamente frente a la casa de Calé, desde lejos ve que lo estaba esperando en medio de la calle y lo para. El maestro se pone en guardia pues piensa: éste me va a querer pelear. Lo primero que le dice es: ¿Así que le pegaste a m'hijo?
-Si, tuve que fajarlo porque se me insubordinó. Creí que ahí se venía una reacción violenta, contaba el maestro, pero no fue asi, me extendió la mano y me dijo: "Te felicito y la próxima le pegás dos o los que sean necesarios, asi va a aprender a respetar".
Era tan jactancioso que decía respecto de su apellido: " Soy de madera de ñandubay, se rompe, pero no se dobla" Correligionario de pura cepa (era radical el hombre).

Intendentes Municipales

1873 - Francisco Vigo
1874 - Francisco Camargo
1881 - Juan B. Aquino
1883 - Pedro Basagoitia
1888 - Domingo Spil
1891 - Pablo Ramírez
1892 - Antonio Facio
1894 - Alberto Fatón
1894 - Eloy Novau (Interino)
1895 - Juan Eguillor
1896 - José A. Fernández
1899 - Juan Eguillor
1899 - Martín Echeverria (Interino)
1900 - Antonio Facio
1901 - Martín Echeverria
1903 - Zoilo Acosta
1904 - Mariano Amable
1906 - Zoilo Acosta
1907 - José A. Fernández
1922 - Bernardino Pereira
1924 - Bernardino Pereira
1926 - Bernardino Pereira
1928 - Eugenio Charmet
1930 - Benedicto Pereira
1934 - Bernardino Pereira
1938 - Juan López
1940 - Rodolfo Echeverría
1942 - Benardino Pereira
1943 - Guillermo Sagarna
1944 - Raúl Bernard
1945 - Dr. Daniel Gottardi
1945 - Beltran Veras
1946 - Otto Pedro Eichorn
1950 - Juan Héctor Eguillor
1955 - Andrés Finis
1956 - Juan Vidoni
1958 - Ernésto Finis
1959 - Pedro Muñoz
1963 - Francisco Solano Moreno
1966 - (Funcionario Militar)
1969 - Nicolás Marticorena
1972 - Carlos Monzón
1974 - Francisco Solano Moreno
1976 - Vicente Zaragoza
1978 - Orlando Schiro
1980 - Daniel Mármol
1982 - Francisco Solano Moreno
1986 - Isabelino Apduch
1990 - Dr. Darío Alasino
1994 - Isabelino Apduch
1998 - Julio Walter Mármol
2002 - Osvaldo Viano

Inmigrantes Españoles

Don Pedro Goicochea, Don Martín Echeverría, Don Luis Izaguirre, Don Francisco y Don Juan Eguillor son algunos de los primeros inmigrantes españoles que se radicaron en San José de Feliciano en el año 1870.
Don Pedro Goicochea comenzó un negocio de ramos generales en la esquina de Pte Perón e Hipólito Irigoyen.
Don Martín Echeverría se dedicó al negocio de librería y ferretería, estableció su negocio en calle Sarmiento y Moreno. Su hijo Rodolfo continúa con el negocio después de su fallecimiento.
Don Luis Izaguirre se ubicó con un negocio, también de ramos generales, en la esquina de calle San Martín y Buenos Aires, que lo administró hasta su fallecimiento en el año 1925.
Don Juan y Don Francisco Eguillor, poseían una empresa de mensajería y de transporte de pasajeros, cubriendo el servicio a la ciudad de Chajarí, Concordia, Federal, La Paz, y Sauce (Corrientes), durante muchos años.

sábado, 25 de abril de 2009

Machenga

Su nombre es Marcelina Rodriguez, pero todos la conocíamos como "Machenga". Vivió desde pequeña en el Palacio San José de Justo José de Urquiza y se desempeñaba como lavandera, contaba como era la villa y relataba los hechos en la noche de la muerte del Capitan. "Yo cuando sentí el tropel y empezaron los tiros, me escondí dentro de un ropero", sabía recordar.
"A un rial mi patroncita" (diez centavos de la época) montada en una yegua flaca, ofrecía sus escobas a sus clientes, que eran muchos vecinos del pueblo.
Las escobas y los canastos los fabricaba con fibras extraídas de la palmera Caranday que juntaba de las chacras del ejido de Feliciano.
La acompañaba su hija Silvana, quien la reemplazó después de su muerte, ocurrida en la década del 50 y luego a ésta lo reemplazó su nieto, Pascual.
Los descendientes de "Machenga" casi todos viven en el barrio "El Cardal" del ejido sur.

Municipalidad de San José de Feliciano



El edificio donde actualmente funciona la Municipalidad, fue propiedad de Don Martín Clodomiro Dénis, hacendado de la localidad, dueño del establecimiento "San Juan". En 1937 se desempeñó como Tesorero Municipal, durante la Intendencia de don Bernardino Pereyra.
La construcción del mismo fue realizada por el Arquitecto Francisco Chiari, el proyecto original demandó un costo de 14.500 pesos moneda nacional, en el año 1931.
En 1933, Antonio Loda y Sebastián Lecuina, compraron el edificio cuya construcción exterior no había sido terminada, faltando techos, reboques, pisos, etc.
Siendo presidente Municipal Don Otto Pedro Eichorn, la Municipalidad, vende el edificio propio al Banco Nación Argentino y compra este edificio.
Contratan a la firma Vanasco y Prat de la ciudad de La Paz que termina su construcción y es inaugurado por este Intendente en 1950. Actualmente lo denominan "El Palacio Municipal"

Matias

En las mañanas suele venir por el medio de las calles del pueblo, hablando en voz alta, un personaje muy particular que todos llaman "Matias" Zarate, hijo de Facunda, siempre anda solo, caminando bien derecho y de vez en cuando mira para atrás, los muchachos lo cascotean. A veces toca timbre y pide unas galletas, un poquito de yerba para tomar mate o una hojita de afeitar.
En los carnavales se disfraza de... ¡Matias! Nunca lo vimos trabajar, ignoramos que edad tiene. A veces lo cargan, pero a él le gusta. Por ahí se va a La Paz y desaparece por un tiempo, pero siempre vuelve. Todo el mundo lo conoce, es inofensivo, pero por su manera de ser, por su forma de hablar, de caminar, es objeto de burlas y cargadas, de esta manera él disfruta, a su manera, de las chanzas.

Malo

Feliciano se caracterizó por los personajes que caminaban por las calles de la ciudad, uno de ellos era "Malo ", hijo de "Machenga" la escobera, vivía de changas, limpiando letrinas y carpiendo terrenos.
Morocho, alto y corpachón, caminaba con cierta dificultad, cuando algún transeúnte le preguntaba ¿A quién votaste? él respondía yo soy peronista, radical y en gobiernos militares: "soy gente del gobierno, estoy con los militares".
Una vez encuentra tirado un trozo de espejo, lo mira y lo tira, diciendo " habías sido fiero, con razón te tiraron"
Otras de las anécdota de este personaje felicianero, fue cuando un día se dirigía al pueblo despues de una lluvia, nota que detras suyo se acercaba una chatita de "Kaílo", otro personaje, que después de tratar de frenarla con unos cuantos bombazos, se dirige muy solidario a "Malo" diciéndole: subí, que te acerco, paso por tu casa, a lo que él contesta: "No ché, seguí nomas, que yo voy apurao" y continuó su marcha al tranco largo.
Según decían los pobladores que su mente había quedado un poquito retrasada, pero que no era zonzo.
Carpía pastizales, en unos de esos días alguien le preguntó Malo ¿no tenes miedo a las yarará, que con este calor y el viento norte que sopla, pueden morderte? contestando: "Pero no mi patroncito, a "Malo" ni se le arriman las víboras, porque le jiede demás la catinga"

Adelo Issac Fernandez (Adelito)

"Esa campana de Adelo" es una canción dedicada por su amigo Santos Talas, grabada por los Hermanos Cuestas, así los recuerdan los hijos de Feliciano. Quien no ha escuchado esa campana que nos invitaba a pasar a nuestra querida Escuela Nº1, donde por mucho tiempo fue ordenanza en esa institución.
En su juventud fue un gurí bromista, alegre, travieso, pero de las travesuras sanas. Cuantas veces nos arrebato bolitas y salía corriendo, era muy rápido.
Se destacó en los partidos de futbol como arquero, pero como tenía baja estatura los goles entraban fácilmente, fue árbitro, integró la comisión directiva del Club Juventud, ocupó la Presidencia por un sólo período.
Hincha de Boca Juniors, recibió un poster de la primera de ese club, enviada por los jugadores, con una dedicatoria que decía "Para Adelo".
Después de su muerte en 1992, el Consejo Deliberante aprobó una ordenanza para colocar su nombre a una de las calle de la ciudad, en tal ocasión el Secretario de Obras pública de la Municipalidad pronunció las siguientes palabras "Rendimos homenaje hoy, a la alegría, a la espontaneidad, el barullo que contuvo y el silencio que dejó, un hombre que sin pretenderlo ni buscarlo, se transformó en uno de los personajes más populares y querido de nuestro pueblo"
A continuación del acto se descubre una placa recordatoria y el cartel indicador con su nombre.
La anécdotas sobre Adelito son muchas, el hombre con alma de niño, a quien nunca vimos malhumorado, ni triste, contagiando optimismo y alegría con sus ocurrencias.